Como los pulmones de un cuerpo que necesita oxígeno constante para funcionar, los laterales en San Martín de Tucumán son los encargados de dar aire, ritmo y amplitud al equipo de Ariel Martos. Su tarea no es solo recorrer la banda: es sostener el equilibrio entre respirar en ataque y contener en defensa. En ese ida y vuelta incesante, Hernán Zuliani y Federico Murillo se convirtieron en piezas claves de un 4-3-3 que no se entiende sin su despliegue. Son los que empujan cuando falta impulso y los que resisten cuando arrecia la presión rival.

Ambos se ganaron su lugar partido tras partido. Salvo en la primera fecha, en la que no iniciaron juntos, con el correr de las jornadas se consolidaron como titulares indiscutidos. Le dieron solidez al fondo y profundidad al ataque. El renovado esquema de Martos no funciona sin laterales que estén dispuestos a recorrer la banda como una autopista de doble mano. Atacar con convicción, sí, pero sin descuidar lo que es -posiblemente- la tarea más compleja del fútbol: defender en campo abierto.

Justamente Zuliani fue clave en el reciente triunfo contra Arsenal: avanzó con decisión hasta la mitad de cancha, habilitó a Gabriel Hachen y así se comenzó a gestar el gol de Juan Cruz Esquivel. Más allá de esa jugada puntual, sus números reflejan regularidad: jugó los 12 partidos como titular, con un promedio de 83 minutos por encuentro, sumando 999 minutos totales. Según el sitio especializado en estadísticas SofaScore, tiene 1,3 regateos exitosos por partido (con un altísimo 89% de efectividad), gana 4,8 duelos totales (41%) y 0,8 aéreos (60%).

BUEN RENDIMIENTO. Federico Murillo es uno de los laterales más efectivos en ataque, según los sitios de estadísticas. Foto CASM.

“El rendimiento se logra a partir de la confianza que te da el bloque de los centrales y el cinco tapón. Gracias a ese bloque, los laterales podemos subir con seguridad, ya sea para llegar al área o a una segunda pelota”, explicó Zuliani, dejando claro que la estructura colectiva es lo que permite su libertad individual.

Respecto al plan ofensivo, el lateral izquierdo admitió que el ataque por las bandas no es casualidad. “Es un pedido de Ariel. Eso también depende del rival, pero nosotros estamos trabajando para dañar tanto por la banda como por el centro del campo”, agregó el ex Deportivo Madryn.

Murillo, su espejo por la banda derecha, tiene 10 partidos disputados en el torneo y un promedio de 84 minutos por encuentro (837 minutos totales). Se perdió los duelos contra Patronato y Güemes de Santiago del Estero por suspensión, y fue reemplazado por Nahuel Cainelli. Con un 10% de participación directa en goles, sus números hablan de un lateral con vocación ofensiva: 0,6 remates por partido (0,4 al arco), 1,8 gambetas completadas cada 90 minutos y 2,8 duelos ofensivos ganados, siendo el “4” más desequilibrante del torneo en esos rubros.

“Tiene mucho que ver la manera del entrenador, si te da libertad para pasar al ataque, y eso es algo que pide mucho Ariel. Pero los centrales y el cinco te dan el respaldo para poder proyectarte con esa libertad”, explicó el ex Ferro. “No sucede en todos los partidos, pero tratamos de darle amplitud al equipo para que haya muchas opciones de pase y podamos atacar tanto por dentro como por fuera”, analizó Murillo.

En ese sentido, ambos coinciden en que nada de este rendimiento se sostiene sin trabajo.

“El nivel lo sostiene uno entrenándose dentro y fuera del club. Después, cada compañero y el cuerpo técnico te dan esa confianza para mejorar lo que hacés bien y enfocarte en lo que no te sale”, dijo Zuliani, con un tono maduro.

“Trabajamos mucho las conexiones y, a medida que van pasando los partidos, nos vamos conociendo entre los que jugamos por ese sector”, añadió Murillo.

"Cuando no tenemos la pelota, los primeros defensores son los delanteros", aseguró Murillo

¿Y la solidez defensiva? Los laterales resaltaron el esfuerzo colectivo. “La clave es que el equipo ataca y defiende. Cuando no tenemos la pelota, los primeros defensores son los delanteros”, remarcó Murillo, destacando la presión en bloque.

“Para mí, las claves son la concentración y la comunicación entre nosotros en cada partido. Esto último te mantiene alerta todo el tiempo y no te deja relajar ni un segundo”, agregó Zuliani.

En tiempos en los que muchos laterales priorizan lo vistoso sobre lo útil, Zuliani y Murillo entienden que en San Martín no basta con proyectarse: hay que volver. Y en ese ir y venir constante, se volvieron piezas indispensables de un engranaje que funciona con precisión. Porque como en un cuerpo que necesita respirar, el equipo depende de ellos para seguir en lo más alto.